3 de abril de 2015

Crónicas de Hirondale XIV: Problemas en el Templo del Sur

[Bin, W, Pokman, Koga, Samu, Aitor, Haps y Aruv. Ruinas del Templo del Sur, Reino Punto]

-¡Es un terremoto!- Se asustó W.
-¡Ayuda!- Gritó Bin.
-Yo te salvaré!-dijo W, pero antes de que pudiera acercarse, una violenta sacudida recorrió el suelo, haciendo que todos menos los ninjas, habilidosos en el control corporal, cayeran al suelo.
Entonces el templo hizo algo que nadie esperaba: Salió disparado hacia el Sur, pasando a escasos centímetros de la cabeza de Pokman, el cual gritó:
-¡Esa cosa tiene ruedas! ¡No sé a dónde va, pero seguramente vaya derecho a su propietario!
-¡Tiene a Aitor, hay que detenerlo!-Dijo Patata.-Tenía que haberlo acompañado…
-No te satures, no es culpa tuya que sea un inútil…- la intentó consolar Poli.
-¡Hay que salvar al príncipe!-dijo Samu, preparando los shurikens.
-¡Mi futuro prometido! ¡No te lo vas a llevar tan fácilmente, templo con ruedas!- se enfadó el recién llegado Príncipe Aruv.
En ese momento, llegó el Príncipe de brillante Armadura, Magda:
-Busco al Príncipe Punto, estoy preocupado porque hace unos meses dejé de recibir su correspondencia… ¿Por qué el Reino Punto ya no es un paraíso helado?-añadió la pregunta frunciendo el ceño.
-Ayúdanos a salvarlo y te lo decimos, el Príncipe Punto está ahí dentro- dijo Koga, señalando al templo que huía hacia el Sur.
-Aquí nadie va a perseguir nada.-Dijo una misteriosa figura que acababa de aparecer de sólo Hams sabe dónde. Como estaba a contraluz, sólo vieron una figura negra que se recortaba contra el sol.
-¿Qué coj…?-empezó Samu. La figura había interrumpido el camino sólo a los dos ninjas y a Pokman, por lo que Bin, W, los Haps, Aruv y Magda habían continuado corriendo tras el templo.
-Acabar con vosotros en pequeños grupos será más sencillo. Vamos, no lloréis. Vais a morir a manos del legendario Peter, el mejor espadachín del Reino Yaoi… y del mundo.
-¡Tú eres el que Hams nos dijo!-exclamó Pokman.- ¡Escúchame, por favor! ¡Sauk te tiene engañado, él no lucha por ning…!- aquel autodenominado Peter lanzó un espadazo directo al vientre de Pokman, furioso.
-Déjalo, Pokman, con gente así sólo hay un camino.-dijo Koga deteniendo el espadazo del enemigo con su propia capa.- La guerra.-acto seguido, lanzó una serie de golpes con la mano tan veloces que ni siquiera Taco-sensei hubiera podido verlos con facilidad contra el escudo del enemigo.
-Pero…-dijo Samu, dubitativo. Samu no solía sentir ningún tipo de piedad con los enemigos, pero no podía considerar a Peter como alguien que mereciera morir.
-Hazlo. Un ninja hace lo que debe hacer cuando debe hacerlo, así que saca tus shurikens, tu bastón y tu energía y ayúdame a acabar con él. ¡SAMU, JODER ES UNO DE LOS MAYORES ENEMIGOS DE LA HUMANIDAD!- El que Koga hubiese alzado la voz tuvo una importante significación, ya que Samu había visto a su mentor tan alterado muy pocas veces.
Samu empezó a lanzar sus shurikens, con certeza, mientras Koga y Pokman luchaban cuerpo a cuerpo con él. Los puños de hierro de Pokman, sin embargo, aún no lograban ni arañar el escudo ni la coraza del soldado oscuro. Koga también tenía dificultades. Los ninjas son famosos por su alta evasión, por eso pocos conocen su punto débil: una pobre defensa física. Uno de los golpes que Peter le había logrado encajar le había hecho mucho daño.
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[Isu, Alecs y Alv. Frontera del Reino Punto, Yaoi y de la República Independiente de Powerap*]
-Menos mal que ya estamos, no puedo dar un paso más…-dijeron los dos Troianos al mismo tiempo.- Alv no les había permitido un solo descanso, ya que según él…
-¿Creéis que Sauk descansará antes de acabar con todos los magos? ¿Creéis acaso que la magia se va a restaurar sola? Cada segundo es crucial. Malditos mocosos.
Al llegar a la frontera, vieron a lo lejos la capital de Powerap otra vez, Ikebukuro. Alecs retomó el ánimo con esa visión. Pero, a mitad del valle de Wynaut, los tres viajeros vieron como todo a su alrededor se volvía negro… literalmente.
-Esto es… ¿Un hechizo?-preguntó el maestro, envolviendo protectoramente con los brazos a los dos jóvenes.
Lo único que pudieron ver antes de perder el conocimiento fue una sonrisa encapuchada.
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W y Bin corrían codo con codo, justo por detrás de los dos príncipes. Magda iba a caballo, pero había decidido correr al mismo ritmo que los demás, pues sabía que los la unión hace la fuerza. Sin embargo, empezaban a quedarse atrás.
-Magda… necesitamos… que te adelantes… con este cordel… - dijo entre jadeos el príncipe del reino Piralia, ofreciéndole un cordel rojo al otro.
-¿Por qué habría de hacerte caso?- dijo el otro, desconfiado.
-¡Tú hazlo!
Así que el príncipe de Kanto espoleó a su caballo, llevándolo mucho más rápido hasta los pies del templo. Al pillarlo, Magda hizo gala de su excepcional equilibrio para ponerse de pie en el caballo. Cuando el templo apoyó el pie en el suelo, el príncipe saltó a él, en misión suicida. Desde allí miró hacia sus improvisados compañeros, que habían dejado de correr.
Mientras, Aruv había cogido de la mano a Bin, que había cogido a Patata, que había cogido a W, que había cogido a Poli. Al ver a Magda en el pie del templo, frotó los talones, y al instante todos aparecieron junto al otro príncipe.
-Magia de fuego de teletransprote. Ese cordel que te he dado atrae  cualquier cosa que esté en contacto con la llama más cercana. Y como mago de fuego, tengo mis medios para hacerlo.-explicó Aruv.
-Bueno… ¿Y ahora qué?-preguntó Poli.
-No lo sé, pero hemos acabado atravesando la frontera, no estamos en el Reino Punto.-informó Patata.
-Que lista eres…
-Podemos escalar la pata de esta cosa.-ideó Magda.
-¡Pues vamos! Yo no quiero detrás de Bin, que si no me mira lo privado.-Dijo W, ganándose un puñetazo de la aludida y una bronca:
-Como si yo hiciera esas cosas… de todas formas, para que te viera algo tendrías que llevar falda, y aunque la llevaras dudo que tuvieras algo tan interesante como para que quisiera mirar.
-Calma, tortolitos, calma.- dijeron los príncipes, ganándose sendas miradas iracundas de los mencionados y la rabia de Bin:
-Si supierais lo que yo sé no estaríais perdiendo el tiempo aquí. –dijo entre dientes.
Tras un rato escalando, llegaron a la entrada. El variopinto grupo decidió entrar en las ruinas del templo para encontrarse frente a frente con un hombre que no era Aitor.
-¿Quién eres tú? ¿Otro príncipe?-dijo W, molesto.

-Exacto. Permitidme que me presente. Me llamo Mankys, y soy el Príncipe de las Tierras Salvajes del Oeste. Y el futuro Príncipe consorte del Reino Punto.

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