24 de marzo de 2015

Crónicas de Hirondale X. En la corte del Yaoi

[Frontera del Reino Yaoi y la Tierra Vecegé]

A Bin se le escapó una lágrima. Koga y W ya llevaban dos días fuera y se temía lo peor. Justo en ese momento oyó a Pokman gritar que se acercaban. Su corazón dio un vuelco de alegría.

Koga dejó caer a W en medio del campamento. El niño seguía dormido. Isu y Alecs se acercaron. Bin los miró desde lejos.
-¿Por qué no te acercas?-Le dijo una voz desde detrás suyo. Al girarse se encontró con el príncipe de hielo. 
-Porque no me gusta. Punto.
-¿Estás segura? No soy tonto, preciosa.
-Acércate tu a hablar con Isu y luego ya iré yo.
Un destello de dolor cruzó la cara de Aitor. Se giró y se alejó de la arquera, dolido. Bin se quedó donde estaba.

Poco después, cuando Isu y Alecs habían vuelto a sus labores, Bin se acercó a W, sentándose al lado, sin saber que el ninja más joven, Samu, la miraba. 
Samu se acordó de Kan, su fan. Pensó en lo que le había dicho, en que lo amaba, y recordó a Alv y Sarah. Cuando Samu era un niño la pareja quiso cuidarlo, como a un hijo, y, a pesar de que el principal encargado de su educación ninja fuese Koga, Samu había forjado profundos lazos con ellos y los había visto reir juntos, llorar juntos y todo juntos.

Por eso, Samu pensaba que ya iba siendo hora de que él también encontrase alguien así. 

Isu, Poli y Alecs daban una vuelta antes de salir del Reino Yaoi. No habían tenido ocasión de ver ninguno de los lugares turísticos del Reino, como el parque de atracciones, la Torre Luminalia o la gran Esfera Solar. Así que paseaban.
-¿Quién iba a decirme a mi hace un mes que estaría a punto de entrar en Vecegé?-comentó Alecs
-¿Solo llevamos viajando un mes? Yo habría dicho que ya son 3...
-Hace exactamente 31 días. Tengo un invento que mide el paso de las horas y los días, lo llamo relojdario.
-Joder, Alecs, eres un puto genio- dijo Poli, metiéndose en la conversación.
-Yo no.... cualquiera podría hacerlo, solo hay que pensar un poco.
-¡No seas tan modesto!-Se rió Isu
-¡Mira quien fue a hablar!
Así andaban, entre risas, cuando vieron una grácil y esbelta figura, a lomos de un corcel, no muy lejos de donde estaban. Tras acercarse, pudieron ver que se trataba de una mujer. 
-¿Quienes sois, forasteros?-inquirió la mujer.

Se trataba de una chica muy guapa, de rizados cabellos morenos que le caian por la espalda. Llevaba un gorrito y un vestido, ambos azules. Su tez morena conjuntaba con los almendrados ojos oscuros.

-Me llamo Poli.
-¿Cómo? ¿Un Hap?-Se asombró la desconocida
-¿Un qué?- dijeron los tres chicos a la vez
-¿Viajáis con un Hap y no sabéis lo que es? ... supongo que necesito hablar esto con Aranel. Presentaos, por favor.
-Este es Isu, un mago. Bueno, un intento fallido de mago, pero será mago algún día. Y yo me llamo Alecs. Viajamos en busca del Sabio Hams. Venimos de Troia.
-Habéis llegado a mi querido Yaoi desde tan lejos? Debeis de estar muy cansados, venid. Soy Zukie, una de las reinas del Reino Yaoi. Tengo un castillo cerca de la montaña del Sabio Hams, venid. Quiero escuchar vuestra historia.

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Y así, llegaron al castillo meridional del Reino Yaoi. Al haber puesto a Zukie al corriente de la situación, esta anunció que les quería proporcionar provisiones y toda clase de material para que fuesen a la montaña Sureña sin mayor problema.
-Es de vital importancia para el mundo que hables con Hams, Isu. - dijo Zukie. 
-Muchas gracias por su ayuda, majestad - dijo Patata
-¿Otra Hap? Esto es increíble...

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Aquella noche, mientras todos dormían, Samu se levantó de la cama y se dirigió a los aposentos de la princesa. La había visto durante la charla con Zukie y había sido un flechazo instantáneo. Aunque él no lo supiera, ella había sentido lo mismo. Se acercó a su cama y se quedó quieto, mirándola. Dejó una carta en la mesilla y volvió a la cama. 

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Aitor enseñaba a Isu a leer a la luz de una vela. Más de una vez se había quedado prendado mirando a su alumno leer los complicados hechizos, pero no decía nada. Más de una vez, a Isu se le trababan los hechizos por acordarse de la chica que le hizo emprender el viaje.



Bin soñaba con W. W mientras, soñaba con Bin. Ella estaba vestida de blanco y él se acercaba a ella. Era una boda.

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-Tus tretas de ninja conmigo no van a funcionar-se oyó la voz de mujer en la estancia de la reina.
-Es más habilidosa de lo que creía, majestad-se giró Koga, sonriente.

La Reina Zukie también sonrió. Y dejó que el ninja se acercase a ella hasta un punto indecoroso, pues por todos es sabido que la realeza debe mantenerse alejada de los plebeyos. Pero a Zukie le daba igual. Aquel hombre era su vida.

Koga nunca había hablado de Zukie, ¿Acaso había necesidad? Alv sabía de su existencia. Pero no había hablado de ella con los demás porque no. Causaría mucho revuelo y a él el revuelo solo le gustaba en la cama

-Bendito el día en el que dejé la nota en tu mesilla de noche, Zukie.

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