25 de marzo de 2015

Crónicas de Hirondale XI: La Montaña del Sabio Hams

Gracias a los caballos que las reinas Zukie y Aranel les proporcionó, llegaron en sólo un par de horas al pie de la Montaña del Sabio Hams.

-¡Es enorme!- Exclamó W, maravillado.
-Oye, oye, tranquilo, que es normal. Es la montaña de un sabio.-le reclamó Bin.
-Ese argumento no tiene mucha lógica- se metió Alecs.
-Déjale, es Bin, es natural que le lleve la contraria a W- terció Isu
-Pues yo tengo entendido que los que se pelean se desean-apostilló Pokman.
-¡MENTIRA!- Gritaron W y Bin a la vez, rojos.
-Se sabe. Os gustáis.- Dijo Poli- Tanto como Patata a mi. Y algún día, los 4 tendremos citas dobles, ¿
¿verdad que sí, Patata mia?
-Chst, calla, que Aitor se está concentrando.

Aitor había cerrado los ojos y juntado las manos, mientras murmuraba:
-No dejes que sepan de ti,
que no entren, siempre me dijo a mí. 

Un vaho blanquecino comenzó a surgir del suelo, mientras sus manos destellaban.


-No has de bajar,
Lo has de elevar. 

El príncipe elevó el volumen de su canto mientras todos lo miraban, expectantes.


-Un paso en falso y se echará a perder.

Una rampa helada comenzó a elevarse desde el suelo por la empinada ladera del monte del Sabio Hams. 

-Que inutilidad, si intentamos subir por ahí nos caeremos.- comentó W, ganándose una colleja de Bin.

-Déjale trabajar al chico, que no es tonto.

-Pero pronto acabará...
que duro es esperar...

Y por último, elevando la voz por encima de límites insospechables, cantó el último verso de la canción:

-¡Que se abra la escalera de una vez!

En ese momento, el grupo contempló maravillado como de aquella rampa nacía una escalera de hieo, con pasamanos y todo. Finas filigranas adornaban las barandillas y suaves dibujos se superponían en el suelo. Sonriendo orgulloso, Aitor se giró hacia sus compañeros de viaje.

-Podrías haber hecho un ascensor...- dijo W
-Oye, oye, ¿no es muy fácil resbalarse y abrirse la cabeza por ahí?
-Un gran trabajo como siempre, príncipe Aitor-comentaron los 3 ninjas, quienes habían visitado la capital del reino Punto en el pasado. 
Isu, Alecs y Pokman estaban boqueabiertos. Una escalera de hielo había surgido de la nada, respondiendo a un tipo que cantaba. 

Aitor se habría quedado algo cortado de oír a W y a Bin, pero la cara de admiración de Isu fue todo lo que percibió. Siguió a Alv, que encabezaba la marcha hacia arriba, 

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Tras 3 horas de interminables escaleras, Koga Alv y Samu les permitieron descansar. Los tres ninjas aun podían continuar la escalada, pero Isu, Bin y compañía estaban rendidos. Aitor también podría haber seguido subiendo, ya que se dedicaba a patinar por una  pista de hielo que el mismo iba construyendo mediante un misterioso rap. 

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Otras dos horas de ascenso más tarde llegaron a la cumbre. Por suerte Zukie y Aranel los habían provisto de ropa de abrigo, ya que en aquella zona de la montaña nevaba mucho, lo cual, aparte de helar a todos menos al príncipe, que llevaba el hielo en las venas, y a los ninjas (aunque Samu se había puesto una de las rebequitas que sarah le tejió antes de caer en el sueño eterno), dificultaba enormemente la visión. Poli, transformado en un abrigo, una bufanda y unas orejeras voladores, gritó por encima de la ventisca:
-¡Creo que... viene alguien!
-¡Ya habíamos visto la figura nosotros también, pero no sabemos si es el Sabio Hams!-comentó Alv. 

Poco después dieron alcance a la figura, o la figura les dio alcance a ellos.
-¿Quienes sois, viajeros? ¿Se encuentra Isu entre vosotros?- dijo una bella mujer vestida tan solo con una túnica blanca que le llegaba por encima de las rodillas. tenía las orejas con una curiosa forma, algo alargadas y terminadas en punta negra.
-Sí, venimos desde Troia en busca del Sabio Hams- dijo Samu.
-Soy Pika Churina, la compañera del Sabio Hams. Me encargo de preservar los conocimientos de su cabeza. Isu, da un paso al frente, por favor.
Obedeciendo, Isu miró a los bellos ojos de la mujer. Esta, tras dedicarle una docena de segundos de miradas, asintió.
-Seguidme.
Pika echó a andar hasta que llegaron a una cueva. Koga pensó en lo difícil que les habría sido alcanzar la cueva sin ella. 
Nada mas entrar encontraron cantidad de percheros.
-Podéis dejar los abrigos y demás ahí, si queréis.
Todos se quitaron la ropa de abrigo, y Pokman llegó a quedarse en ropa interior, ganándose las miradas lascivas de Bin y Aitor.
-¿Qué? Hay confianza, y después de llevar tantas cosas encima estaba agobiado.

Pika les indicó que subieran por unas estrechas escaleras que subían hacia arriba. Alv le cedió el primer puesto tras la chica a Isu.
-Estamos aquí todos por ti. Tú eres el que debe hablar con él. 

Cuando llegaron al final de la escalera descubrieron la verdadera cumbre de la montaña del Sabio Hams y en el centro, bebiendo de una botella de sake, girando sobre si mismo, estaba el sabio Hams.

Era una persona curiosa, con las orejas más arriba de lo que debería y grandes, muy grandes. Tenía unas extrañas marcas pardas sobre la piel. Su larga barba debía de medir 3 metros por lo menos.

-Hams, cariño, escucha, ha llegado Isu.

Lentamente, el Sabio hams detuvo sus giros. 

-Buenos días, humanos. Me estaba dedicando a analizar equipos de... bueno, no importa. Hermanos, hermanas, nos hayamos aquí reunidos para que os explique algo de vital importancia en la historia de Troia, de Term, de Yaoi, de Punto, de la República Independiente de Powerap, de Vecegé... de todo Hirondale me atrevería a decir. Se trata del resurgimiento del mal. Os voy a contar algo muy importante, así que escuchad  con atención:


***

Continúa en el capítulo XII, os quiero

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