30 de abril de 2015

El rincón del Sabio Hams: Cerveza.

[Cima de la Montaña de Hams]

-¡Pika, un poco más de té, por favor!

-Hams, las cosas por su nombre.- dijo la guapa mujer mientras servía un líquido amarillo espumoso en el vaso de Hams con una tetera.

-Era para entendernos, a la cerveza de la tetera siempre le hemos llamado té, ya lo sabes.

-Sí, sí, lo que tu digas. Menos mal que debajo nuestro hay un gran manantial de ese líquido, si no tendríamos problemas para saciar tu sed.

-Jo, Pika, no te pongas así. Sabes que lo necesito.

-Si, si, lo que tú digas...-Pika Churina ya se marchaba, a limpiar la tetera, cuando la mano de Hams envolvió su muñeca.

-Pika, ¿cuándo te he mentido yo?

-Eh... bueno... la verdad es que...

-Exacto, nunca. Siéntate aquí, conmigo, voy a contarte algo que... bueno, nadie sabe acerca del Sabio Hams.

Y así, el Sabio Hams comenzó su relato:

"Hace mucho, mucho tiempo, cuando mi barba era solo un pequeño bigote incipiente y yo aún no dedicaba el día a analizar equipos, vivía en Term. En aquel entonces Taco aún no era jefe del Dôjo Bell, donde yo estudiaba, el jefe era el famoso Manuel Vi Britannia. Taco era sólo un aprendiz más como yo.

En aquel entonces (al igual que ahora) había un local al sur de la ciudad famoso por su cerveza. Taco y yo pasábamos largas tardes estudiando, hablando y bebiendo allí. Eran buenos tiempos...

En fin, resulta que un día apareció un gran barril de cerveza en el centro del local. Era tres veces más alto que yo, aunque en aquel entonces aún era pequeño. Medía cinco o seis brazos de diámetro. Taco y yo estábamos maravillados ante tanta cerveza junta. Decidimos que el día en el que se abriera ese barril estaríamos allí, costase lo que costase.

Pero el sensei Vi Britannia también se había enterado de la aparición de aquel gran barril, Y nos prohibió asistir a la gran apertura del barril de cerveza. Sus palabras fueron:

-La cerveza nubla el entendimiento, desafila el agudo filo de la agudeza, nos baja la precisión como si de un ataque arena se tratase, cual gruñido afecta a nuestro ataque y puede bajar la defensa más que cualquier desagradable chirrido. Por favor, no acudais. El mismo día, a la misma hora se celebra la Danza Dragón en Troia, es un evento que se celebra una vez cada 250 años, y dicen que otorga el poder de atacar con mayor fuerza y moverse con mayor velocidad a todos los asistentes.

-Pero... la cerveza...-empezamos Taco y yo a coro.

-¡Pero nada!-bramó el sensei, furioso. - Iréis a la Danza Dragón y no se hable más.

-Hai, sensei...- asentimos los dos con parsimonia.

Pasamos todo el tiempo hasta el día de la Danza Dragón en clase, no pisamos el local en toda la semana. Fue una época muy dura. Pero finalmente llegó el día. No podíamos perdernos la tradicional Danza de Troia, o Vi Britannia nos expulsaría, pero tampoco podíamos faltar en la apertura del barril. Así que usamos sustitutos."

-¿Sustitutos?- preguntó Pika, interrumpiendo el relato.

-Sí. La verdad es que casi ninguno de los ninjas de esta generación conoce esa técnica... debería hablar con Taco... es una técnica milenaria. Consiste en imbuir a un muñeco tu propia esencia, de forma que parezca que eres tú. El sustituto sirve de más bien poco, pero en aquel momento fue una técnica muy útil. Continuando con mi historia...

"Mandamos los sustitutos, endebles, pero lo suficientemente reales para que en la oscuridad de la noche alguien que nos viera de lejos pensase que éramos nosotros de verdad. Nos escondimos en uno de los árboles del camino que va hacía Punto, en dirección opuesta. Al caer la noche bajamos y fuimos a por la cerveza. Taco decidió escanear por si acaso la  entrada del lugar, una decisión acertada, pues la puerta estaba plagada de hechizos de Vi Britannia-sensei.

Tras escalar el edificio, caminamos por el techo hasta ver el momento en el que estaban quitándole la tapa al barril de cerveza. Ver toda esa cerveza debajo mío... me hizo perder el equilibrio sobre el endeble tejado, haciendo que cayese desde ahí. Desde ahí no recuerdo nada más."

-Entonces... ¿Ya está? Para contarme que de pequeño hacías piras no me cuentes nada, hombre,

-No, si no he terminado:

"Por lo que Taco me contó más tarde, me caí justo en el barril de cerveza, causando un gran estruendo. En el local todos estaban bastante borrachos, así que se tomaron mi caída con humor. Pero Taco estaba de los nervios, no sabía que hacer. Lo primero que hizo fue cargar conmigo hasta el río para quitarme toda la cerveza del cuerpo. Dice que salió tanta que el río estuvo amarillo 3 días. Mientras yo me "desintoxicaba", Taco fue a buscar ayuda. Sólo había una persona en la que podíamos pensar capaz de solucionar un problema de tal calibre sin que el sensei se enterara: el Doctor Nachop. Taco le contó nuestro problema y Nachop comenzó a sacar cerveza de mi cuerpo. Litros y litros de cerveza. Tras llenar la tercera botella de litro sentenció: este chaval ha absorbido demasiada cerveza. La cerveza ha tomado su cuerpo y se ha unido a su esencia. Si no bebe la suficiente cerveza... morirá.

Me pasé tres días inconsciente. El sensei Vi Brittania pensó que la Danza Dragón me había afectado demasiado. Al despertar, estaba en mi cama. Taco me contó todo. Al terminar se echo a reir:
-¡Podías haberme dejado un poco de cerveza a mi!
-Si bueno, ¡yo fui el que me caí, así que la cerveza para mi!

Y por eso necesito beber cerveza a diario."

Pika, escéptica, no creía ni una palabra:

-te acabas de marcar un farol importante.

-Si fuera un farol, ¿crees que tendría esto?-respondió el Sabio Hams, levantándose el pantalón y mostrando una espina clavada en su talón.- esta astilla se me clavó en aquella caída. Según el Doctor Nachop, mantiene la cerveza a raya. Si me la quitase, la cerveza tomaría control de mi cuerpo y me transformaría en una especie de monstruo. Y, que yo recuerde, nunca me he marcado un farol ante ti.

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