29 de mayo de 2015

Crónicas de Hirondale XIX: La reparación del Primer Yacimiento del Hielo

-¡Corre, Floro!

La bestia avanzaba por el camino a Term. Alex, el joven hermano de Isu, montado encima, se hastiaba. Floro no corría. Desfilaba a paso de tortuga, llevaban apenas medio dia de viaje pero no habían hecho ni un sólo kilómetro.

-Floro, por favor, eres la cosa más lenta que he visto en la vida. Me hastías.- Alex Seison estaba desesperado. Finalmente se bajó de Floro.-Mira, chaval, me rindo. No puedo seguir viajando sobre ti. Voy hacia Term. Sabes donde está, no? Sólo tienes que seguir este camino todo recto hacia el...- Alex intentó recordar el nombre de aquel punto cardinal, sin éxito. - Tu sigue hacia allá. Puedes oler mi rastro, ¿verdad? Pues tu sólo sígueme. ¿Vale, amigo?

Floro asintió, llorando. Y ambos continuaron su camino hacia Term, Alex dejando a Floro atrás muy rápido.

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Mientras tanto, algo mas atrás, una chica salía de la aldea que el niño y la bestia habían dejado atrás hacía un rato. La chica llevaba un hatillo al hombro y llevaba un elegante sostén y un largo pareo que hacía las veces de falda. Aunque rápido, caminaba con una elegancia y una gracia que muchos en Troia envidiaban. No en vano se trataba de la mejor bailarina del pueblo, aunque a ella no le gustara admitirlo.

-W... te echo de menos.

[Hace aproximadamente dos meses, la noche previa a la que el grupo de Isu partiera de viaje.]

-Quiero decirte algo muy importante para mi.

-¿Qué es?- En aquel entonces W aún tenía la cara de un niño.

La chica con la que hablaba W se sonrojó. No le salían las palabras:

-Verás, W, yo quiero decirte que... verás.... yo...

-¡Así que aquí estabas, W!- Poli irrumpió en la conversación, llegando volando al claro en el que el joven labrador y la bailarina estaban sentados.- Tenemos que hablar de algo muy importante, es un asunto muy muy...

Laura, que así se llamaba la bailarina, interrumpió a Poli:

-Bueno, yo ya me voy, que tengo mucho sueño. Te diré lo que quería decirte mañana, ¿vale? Así que no desaparezcas.

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La viajera recordó aquel momento con amargura. De repente, algo llamó su atención a lo lejos.

-¿Floro?

Laura se extrañó. ¿Qué hacía la mascota de W y Alex en medio del camino a Term?

Siguió adelante, adelantando a la bestia, la cual apenas le prestó atención. Laura conocía de la existencia de Floro porque una vez siguió a W al bosque, pero nadie pudo verla aquella noche. Poco más tarde, pudo ver a Alex, caminando por la ruta, bastante por delante de Floro.

-¡Alex!

Alex se giró. ¿Laura? Lo habría visto salir del pueblo y seguramente le pidiera volver.

-Que quieres, petarda...-Nada más terminar de dar la vuelta Laura lo miró, enfadada.

-¿Ibas a ir a rescatar a W y los demás sin avisarme? ¿Pero tú de que vas? ¿Eh? ¿Y quién iba a luchar con las posibles amenazas del camino?

-Llevo una espada...- dijo Alex, señalando un palo que había cogido por el camino y que ahora llevaba al cinto- y Floro viene conmigo.

-Quiero acompañarte a rescatar a W... y los demás. Y te voy a acompañar, quieras o no.

-Bueh, ¿tengo que llevarte conmigo? las chicas solo sois una carga...

Laura continuó caminando hacia Term, ignorando el comentario.

[Palacio de congresos de Powerap]

-... por eso opino que debemos enviar una expedición en pos del grupo que fue a la Montaña del Sabio Hams. Puede que necesiten ayuda y que Sauk...- Griffito, el líder opositor, mantenía una acalorada discusión en el parlamento de la República Independiente de Powerap. El Presidente Patch decía que en aquellos momentos de crisis no podían permitirse mandar una expedición en pos de aquel grupillo que decían que iban a salvar el mundo, necesitaban que todo el mundo se quedase y ayudase en el funcionamiento del país.

En aquel instante, de ninguna parte, se abrió una puerta en mitad del parlamento. No fue una puerta en una pared, si no que la puerta salió de ninguna parte, quedó suspendida en el aire, como la de Doraemon y de ella salió un chico que ambos líderes conocían.

-¿Alecs?

-El mismo, recién llegado de la cuarta dimensión- dijo el chico.

-¿Qué...? ¿Cómo has...?- toda la sala estaba patidifusa.

-Permitidme que os explique...-Alecs caminó hacia el lugar del presidente de la cámara, desde donde se veía todo el parlamento. Le encantaba aquel lugar. ¿Por qué no podían tener uno en Troia? ¿Tanto les costaba dejar su obsoleto modo de vida y regirse democráticamente?

-En fin. Isu, Alv y yo nos dirigíamos a esta vuestra República Independiente de Powerap para comunicaros que hemos encontrado la solución al problema de la interrupción del ciclo de la magia, pero por el camino, Sauk, del cual no sé si teneis noticia, nos tendió una trampa. El venerable Alv sensei no tuvo oportunidad de defendernos debido a su sucia estrategia. Me temo que Isu y Alv siguen en la prisión de Sauk, si no los ha matado ya.

Patch y Griffito, acompañados de todos los parlamentarios, escucharon el discurso con rostro de preocupación. Una emboscada por parte de Sauk... realmente aquel engendro tenía intención de acabar definitivamente con la magia.

-Sí que tenemos conocimiento de Sauk, compañero. Te enseñaríamos la repetición del telediario en el que hablábamos de él, pero, desgraciadamente, sin magia no podemos, así que Griffito y yo te vamos a acompañar a buscar a los presentadores, ya que fueron ellos los que investigaron todo lo relativo a Sauk.

[Sur del Reino Punto. W, Poli, Bin, Aruv, Aitor y Samu]

El grupo avanzó por la caverna, iluminada por la luz roja de las esferas de fuego del Príncipe Aruv, hasta que una luz azulada empezó a nacer del fondo de la caverna. Todos se pusieron en guardia, listos para combatir. Al acercarse mas, vieron que la luz procedía de una pared de hielo. La pared había sido derretida en la zona central, a unos dos metros de altura, así que el Príncipe Aitor conjuró una pequeña escalera.
-Conserva el poder mágico para la lucha que probablemente tengamos.-le recordó Aruv.

Siendo Samu el que iba en cabeza, ya que era el que menos tiempo de reacción necesitaba en caso de un ataque sorpresa, el grupo avanzó por el agujero. La pared que atravesaron era muy gruesa, aproximadamente de dos metros, y la sala que se abría al otro lado era  de paredes verdosas, mohosas, como si de una alcantarilla de Powerap se tratasen. En medio, una figura yacía, moribunda. Una bella dama, esbelta, de tez y cabellos morenos. Su cara reflejaba sufrimiento.

-No... no puede ser...-Aitor había palidecido y miraba a la mujer con ojos incrédulos.

-¿Qué pasa?

-Esa mujer... esa mujer es Cawins. La Diosa Cawins.

-¿Cómo?-Exclamaron Bin y W, perplejos

-Si... vereis. En Punto adoramos a las 4 diosas, que son las que hacen que el desierto sea receptivo a los cánticos de nosotros, los reyes. O bueno, en mi caso príncipe. Pero vamos, que no puedo creer que Cawins exista de forma material. Pensaba que era un espíritu. Algo etéreo. Y aún me parece algo mas increíble que Sauk haya sido capaz de dejarla moribunda.

El grupo se acercó a la diosa. El primero en hablar fue Samu:

-Oh, bella dama, permítanos preguntar qué o quién ha sido causante de su desgracia, y , en caso de que lo considere oportuno, permítanos aliviarla.

-¿Por qué hablas así?- cuchicheó W

-No sé, es una diosa.

La mujer hizo ademán de levantarse, pero no pudo. De sus labios sólo salió una palabra:

-Ko... ga...

Bin fue la primera en reaccionar, subió por el tobogán de hielo como si de una centella se tratase y volvió a bajar, cargando a Koga con ella. Patata dudó entre bajar tras ella o no, pero no quería despertar a Pokman, que dormía, recuperándose de sus heridas.

En ese instante, Cawins pidió por favor que dejasen volar su magia. Aruv detuvo a Aitor, y sin lanzar ningún hechizo, dejó salir su energía. Ningún de la sala, ni siquiera Aitor, que también era mago, podría describir lo que estaba viendo. Sin embargo, Poli vio claramente como el chorro de magia salía de Aruv, recorría la habitación y Cawins lo absorbía poco a poco.

Después de un rato, la diosa se levantó, completamente recuperada, fulgurante, y se acercó a Koga. Le dio un beso en la frente, y cuando se apartó, el ninja abrió los ojos. Se palpó el cuerpo, en busca de las heridas, pero todas habían desaparecido. Ni siquiera seguía cansado, por lo que se levantó.

-Gracias por salvarme.-dijo la mujer sin mover la boca.- Efectivamente, soy Cawins, la que los puntos llaman Diosa. Me encargo de preservar el yacimiento mágico de este lugar, pero... fracasé. Un hombre encapuchado y su espadachín vinieron y mientras el espadachín me entretenía destruyó el yacimiento. Yo vivo gracias al flujo mágico, que me atraviesa en su viaje por el mundo, como ese pequeño Hap ha podido comprobar. Ahora estoy reteniendo la energía que me has dado, joven príncipe, que me durará unas pocas horas, pero para seguir viva necesito que repareis el yacimiento. Aunque... intuyo que habéis venido a eso.

Todos asintieron.

-Uno de vosotros debe entrar ahí, en la estancia que hay al fondo, y tocar todas las esquinas al mismo tiempo. O, al menos, en un intervalo de tiempo menor a 1 minuto.

Bin dio unos pasos adelante:

-Yo lo haré. Tengo esto. -dijo, agitando el arco.- y además... me aburro.

Tras decir eso, desapareció en la habitación.

-Oye, ¿cómo has curado a Koga?- preguntó W, acercándose a Cawins.

-No he sido yo, ha sido la magia. Mi cuerpo  no podía contener tanta después de haber estado semanas debilitada, así que aproveché el momento y se la transferí para curarlo.

De repente, la luz azul de la caverna se intensificó. El hielo comenzó a recorrer el suelo y las paredes del lugar, cubriéndolos de un precioso color azul.

-Vuestra amiga ha tenido éxito.-nada más Cawins dijera aquello, Bin salió de la estancia con cara de culpabilidad.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó Samu.

-En una de las esquinas había un pato.

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