Bueno, pues ya hemos llegado al cuarto capítulo. Espero que os guste, empieza el segundo arco de la historia:
Volvimos a
casa y la bronca que nos cayó por parte del profesor Loom fue épica, pero la
madre de Kitty se deshizo en lágrimas y nos ahogó a abrazos a los tres
rescatadores al descubrir lo que había pasado.
Durante varios
días, Kitty, Terence, Mike y yo fuimos el tema de conversación de prácticamente
todos nuestros compañeros. Yo no olvidaba nunca mencionar el genial trabajo de
Lucas y Albert, sin los cuales no hubiéramos podido llegar a averiguar dónde
estaba Kitty.
-Bueno, entonces
¿todos habéis entendido lo que entra en el examen? - Dijo el profesor Loom. El
examen de geografía sobre los continentes y los océanos. Ese que había sido
explicado mientras Mike, Terence y yo estábamos en la cueva Sonora. Así que, al
acabar la clase, fui a buscar a Missy. Mike quería ir a jugar al baloncesto,
pero no le dejé: si había faltado a clase necesitaba recuperar.
Missy era una
pokémon fantasma, tenía que llevar unas gafas especiales equipadas en clase,
porque si no, no veía la pizarra. Era una estudiante ejemplar, así que fuimos a
pedirle ayuda para el examen. La encontramos sentada en el patio, cuchicheando
con Stella, Kitty, Maria, Paula, Marta... como siempre. Al ver a Mike
interrumpieron su conversación, y todas rieron, nerviosas. Me pareció extraño,
pero hubiera jurado que Isabelle se sonrojaba un poco antes de reír.
- ¡Hola,
chicas! ¿Qué tal? - saludó Mike, mientras yo me acercaba a Missy. Mike no era
tan tímido como yo.
-Hola,
Missy...
-Oh, vaya, los
grandes héroes de la escuela quieren hablar conmigo. ¿Qué querrán, rescatar a
otra damisela en apuros? - dijo, riéndose. - Yo me rescato sola. - Al decir
eso, lanzó Bola Sombra contra el suelo, unos metros más allá, dejando un
círculo de hierba de unos 5 metros de diámetro completamente gris.
- ¡Missy, no
seas así! Sabes que odio que hagas daño a las plantas. - dijo Emma, una
cherubi.
-Vale, lo
siento... simplemente me apetecía presumir de mi recién estrenado nivel 17.
-Bueno... el
tema es que... el día que fuimos a rescatar a Kitty nos perdimos la lección que
entra en el examen de la semana que viene y… me preguntaba si tú... podrías....
ayudarnos, por favor.
-Claro, Roy,
sin ningún problema.
Kitty dijo que
también venía, así que los cuatro nos dirigimos a la biblioteca. Estaba vacía,
así que, sacando los libros y apuntes, cogiendo un lápiz cada uno, Missy empezó
a explicarnos sobre Groudon y Kyogre. Al parecer en el mundo pokémon había tres
grandes continentes: además del nuestro había uno más allá del mar del oeste,
cuya ciudad más importante era Aldea Tesoro. El tercero no entraba en el
examen.
De repente, la
madre de Missy, Maggie, apareció, atravesando la pared como un vendaval. En un
abrir y cerrar de ojos, cogió a su hija y, dando unas vueltas histéricas por la
sala, salió por el lado contrario. La biblioteca quedó hecha un asco. A mí me
dolía todo el cuerpo, y Mike parecía algo herido. Aquella pokémon había atacado
por toda la habitación. Kitty había salido bien parada, al ser de tipo normal,
los ataques de Maggie no la afectaron.
-Pero… ¿Qué ha
pasado? - dijo Mike, levantándose, aturdido. Kitty me tendió una baya aranja,
la cual comí agradecido. Entonces, oímos un grito fuera de la biblioteca. Nos
miramos, asustados, y salimos corriendo.
Maggie y Missy
habían desaparecido, dejando como único rastro el rostro aterrorizado de Emma.
Corrí hasta ella, tan rápido como pude, seguido de mis dos amigos.
-Emma, ¿qué ha
pasado?
La cherubi
estaba bloqueada, y al abrir la boca para hablar se echó a llorar:
-Missy… su
mamá… se chocaron conmigo y… - señaló hacia arriba.
Así que se
había ido volando. Mike y yo nos miramos: ya sabíamos qué hacer. Corriendo, con
Kitty por detrás, llegamos al rincón de Albert. Tras comentarle la situación
(que no pareció preocuparle demasiado), nos dijo que no podía hacer nada:
-Missy y su
madre son de tipo fantasma. Yo soy un pokémon tipo psíquico, y nada de lo que
yo haga podrá hacer gran efecto. A ti te pasa igual, Roy.
Ante la
negativa de Albert, fuimos a buscar a Lucas. Pero el ataque de Lucas era tipo
normal, por lo que no podía usarlo con Missy o su madre. Kitty, presa de la
impotencia, dio una patada contra el suelo, y de inmediato pegó un bote
increíble.
Mike se quedó
mirando hacia arriba, boquiabierto, mientras Kitty pasaba una eternidad allí
arriba. Finalmente cayó, aterrizando sobre las 4 patas, con elegancia.
-Kitty... ¿Qué
has hecho?
-He usado
ayuda... y he tenido la suerte de ser capaz de usar bote. ¡Ha sido increíble,
casi como si volara! Me da miedo utilizar ayuda, porque casi siempre acabo
utilizando derribo, que es el movimiento que más compañeros de clase conocen,
pero supongo que esta vez he tenido la suerte de copiarlo de Bea. Heredó el
movimiento de su madre, la famosa gimnasta, la conocéis, ¿verdad?
-Ahora que lo pienso... si Bea es una
buneary... ¿Eso significa que su madre es esa Lorena, la famosa gimnasta que se
transforma durante sus actuaciones? - dedujo Mike.
-Sí, ¿No lo
sabíais?
Las
megaevoluciones. En el laboratorio de papá, en la ciudad, investigaban esos
fenómenos. Muy pocos pokémon conseguían llegar a ese estado, y ninguno había
sido capaz de mantenerlo durante un día entero. Lorena se había convertido en
una estrella gracias a que había aprendido a realizar la megaevolución casi a
diario. No sabíamos que la madre de Bea era esa Loppuny.
¿Quizás la
madre de Missy había megaevolucionado y por eso se había vuelto loca?
-Ejem… chicos…
no nos vayamos por las ramas. Lo importante no es la mamá de Bea ahora mismo,
lo importante es rescatar a Missy. He visto por donde estaba. Iba hacia la Mina
Onda Trueno.
Mike se
estremeció, pero lejos de dejarse amedrentar por los pokémon tipo eléctrico de
la mazmorra, echó a correr hacia allí:
- ¡No hay
tiempo que perder! ¡Venceremos a la madre de Missy y a todos los pokémon que se
interpongan en nuestro camino!
- Hasta luego,
Kitty, ten cuidado. No sabemos si el ataque de locura de la mamá de Missy
podría ser contagioso. Quizás más padres enloquezcan y secuestren a sus propios
hijos.
- ¿Cómo que
hasta luego? - dijo la Skitty, enfadada. - Me salvasteis una vez y quiero
ayudaros a salvar a Missy en esta. Antes su mamá casi os deja fuera de combate
a los dos, y yo he aguantado todo, quedando sana y salva. Quizás esté unos
niveles por debajo de vosotros, pero eso no significa que no pueda ayudaros.
Al principio
iba a negarme en rotundo, pero tras oír sus argumentos me quedé sin palabras.
Tenía razón. Si alguien tenía que quedarse en la escuela en esta ocasión, yo
era el indicado. Y no iba a dejar de ir a salvar a Missy por una estúpida
ventaja de tipos. Así que Kitty me invitó a sentarme en su espalda y corrió
tras Mike, que ya nos sacaba tanta ventaja que ni lográbamos verlo.
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