En esta pequeña localidad, de solo 151 habitantes, vive, junto a otros muchos jóvenes, Isu. Era un joven como otro cualquiera, que él supiera. Trabaja duro en la granja que acababa de conseguir comprar, tras 17 años trabajando en la de sus padres. Estaba muy contento el dia de su adquisición, ya que en Troia, tener casa propia significaba que podía empezar a cortejar a una mujer.
Y bueno, Isu tenia claro con quien quería compartir su vida entera desde que, a los 5 años, conoció a Gabby. Era una chica muy guapa, con un tono de piel aceitunado y unos gustos, en opinión de Isu, deliciosos,
Nadie, ni siquiera W, el mejor amigo de Isu, sabia nada acerca de esta devoción, Isu era un chico muy introvertido. O eso creía él.
Lo cierto es que si que había alguien que conocía este sentimiento, además del propio Isu. Tenia una pequeña mascota, llamada Poli, que tenia la habilidad de conocer los sentimientos de todo el mundo. Poli era una variedad de rana que vivía al otro lado de las montañas del oeste del pueblo, y cuando apareció en la laguna de la zona baja del pueblo, nadie entendió como un bicho tan pequeño había llegado allí solo. Como Poli tenia fallas en la memoria, él tampoco lo sabia, asi que supusieron que un huracán o algo parecido lo habría inestabilizado durante el vuelo con sus frágiles alas.
-¿Qué, Isu, cuando piensas empezar a cortejar a tu princesa?-Le gustaba tomarle el pelo con esos temas, a la dichosa rana-¿estas esperando a ser un anciano como Rafa, para pedirle la mano?
-Poli, ya vale. Se lo pediré cuando llegue el momento. Y el venerable Rafa es muy sabio y dirige el pueblo mejor que bien, así que no lo nombres sin decir "venerable". Está mal.- Isu era muy educado con todos y trataba de seguir las normas siempre.
Por eso W intentaba meterle en líos siempre que podía. Según él, un poco de acción no tenia nada de malo, y por eso había vivido montones de aventuras con Isu. Como la vez en la que consiguieron rescatar el medallón de Laura del fondo del río antes de que desapareciera para siempre en territorio sureño, la vez en la que se cargaron por accidente el juguete favorito de Samu o la vez en la que saltaron río abajo y acabaron en la zona de baño de mujeres, con el consecuente tortazo de Bin.
Aquel día también W tembló al ver a la dulce niña que respondía al nombre de Bin. Sus ojos cautivaban a todos los chicos del pueblo excepto a estos.
-Jo, W, no puedo creer que en serio seas tan miedica, solo soy una chica, ¿verdad, Isu?
-Verdad.- respondió el chico entre risitas.
Y entre risitas apareció Poli de entre la hierba de mas allá, pidiendo atención:
-Escuchadme, por favor, W, Bin. Isu necesita convertirse en chico mágico, por eso tenéis que acompañarle de viaje.
-¡Por supuesto!-Se animaron ambos.
-¡¿QUÉ?! - Se asustó Isu.
Ignorando la sorpresa del joven, Poli continuó parloteando:
-Reunid un equipo. Partimos lo antes posible.
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Horas después, Isu se hacia cierta idea del objetivo real de Poli:
-Tienes magia dentro tuyo, chaval, y cualquier chica, incluso Gabby, caería enamorada ante un mago. Vamos a ir a buscar al Sabio Hams, para que nos indique donde puedes sacar a la luz ese poder tuyo.
Se calló, ya que W y Bin volvían con los nuevos compañeros. Todos eran amigos de la infancia de Isu, lo cual, creia, facilitaba el viaje.
-¡cuenta con nuestras espadas! -dijeron W y el recién llegado Pokman.
-Y con nuestros arcos. - añadieron Bin y Alecs.
-Y con mis estrellas-terminó Samu.
Y así comenzó un viaje nada corto para Isu y sus amigos
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